Parroquia Perpetuo Socorro
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Jornada Vocacional 2021
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AÑO DE SAN JOSÉ
CARTA APOSTÓLICA PATRIS CORDE DEL SANTO PADRE FRANCISCO CON MOTIVO DEL 150.° ANIVERSARIO DE LA DECLARACIÓN DE SAN JOSÉ COMO PATRONO DE LA IGLESIA UNIVERSAL
Reflexión Evangelio del Domingo
Domingo decimotercero del tiempo ordinario

 

No temas, basta que creas”

 

Domingo 27 de junio

Domingo decimotercero del tiempo ordinario

Ciclo B:  San Marcos 5, 21-43

 

 

“La fe mueve montañas” esta frase se desprende de la enseñanza de Jesús, ya que cuando sus discípulos les piden que les aumente la fe, él les responde: “si tuvieran fe como un granito de mostaza, les dirían a las montañas, cámbiense de lugar y éstas les obedecerían”.

Pues bien, con esa actitud se nos presentan estos dos personajes del evangelio, tanto el jefe de la sinagoga, Jairo, como la mujer hemorroísa, quienes experimentan lo mismo que nosotros, cuando desesperados, cuando hemos agotado todas las posibilidades de superar nuestras dificultades, entonces acudimos al único que todo lo puede, al Señor; y allí  expresamos toda nuestra fragilidad, y  humildemente le pedimos  con toda la fuerza de nuestro corazón, por aquello que nosotros, por si solos no podemos alcanzar.

La mujer hemorroísa ha sufrido durante muchos años esas hemorragias que ya deben tenerla sin fuerza para seguir luchando, habiendo gastado cuanto tenía buscando la cura para su enfermedad, sin encontrarla y sintiendo el peso de la marginación social, ya que es considerada una mujer pecadora e impura.

Por otro lado Jairo, quien pide por su hijita de 12 años, que se le muere, desesperado el jefe de la sinagoga, acude a Jesús para pedirle de rodillas, para que su hija se sane y viva. Y cuando le van a avisar que ya no vale la pena molestar al maestro porque la niña ya está muerta, él cree en la promesa de Jesús que le dice la niña no está muerta, sólo duerme, y es así, cómo Jesús la vuelve a la vida y se la devuelve a sus padres.

Qué grandes lecciones de fe nos presenta el evangelio de hoy, cuando parece que todo está perdido, si con confianza nos acercamos al Señor, Él nos demuestra su poder y su misericordia, porque Él nos ama.

En este tiempo de pruebas su enseñanza, sus gestos, su disposición que no nos dejen indiferentes, ya que con san Pablo sabemos que cuando más débiles nos reconocemos allí es donde opera el Señor, con toda su gracia  y su poder.

 

P. Jerónimo Aguayo Cifuentes, misionero redentorista, Iquique.